LA CAPITAL
RABAT
La historia de Rabat comenzó con un asentamiento conocido como Chellah en la ribera del Bu Regreg,4 en el siglo III a. C. En el 40 d. C., los romanos se hicieron cargo de Chellah y la convirtieron en el asentamiento romano de Sala Colonia. Roma conservó la colonia hasta el 250 d. C., cuando la abandonó a los gobernantes bereberes, quienes desempeñaron un papel importante en la España musulmana.
El núcleo original de la ciudad fue el campamento fortificado o ribat construido por el sultán almohade Abd Al-Mumin en 1146, aprovechando una alta pared rocosa que domina la desembocadura del río. El lugar fue base para incursiones almohades en la península ibérica y fue bautizado como Ribat al-Fath, traducido como «Campamento de la Victoria» o «Fortaleza de la Victoria».56
En 1195 su nieto Yaqub al-Mansur proyectó la construcción de una gran ciudad que se extendía sobre más de cuatrocientas hectáreas, rodeada de imponentes murallas y fortificaciones con cinco grandes puertas. En ella debía erigirse una gran mezquita con cuatrocientas columnas para superar a la Giralda de Sevilla y a la Kutubia de Marrakech, pero las obras fueron detenidas tras su muerte en 1199.6 De ella sólo ha sobrevivido la Torre Hasan de 44 metros, veinte menos que el proyecto original.6 Tras su muerte la ciudad fue prácticamente abandonada y en 1260 el rey español Alfonso X conquistó e incendió la ciudad.56 La ciudad no llegó a albergar el número de habitantes para la que fue construida, y desde el fin del imperio almohade, a finales del siglo XIII, hasta el siglo XVII su importancia decreció considerablemente. Contribuyó a esta decadencia la conquista benimerina de la zona, quienes eligieron a Fez como su capital. De este periodo data la necrópolis de Chellah, situada extramuros de la ciudad.
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